En este juego explorararemos con las manos a nuestra pareja, al mismo tiempo que
ella nos explora a nosotros. Buscaremos su cara, sus manos, sus
brazos, muñecas, todo de una manera muy sensual, queriendo seducir y
agradar, y dejaremos que nuestra pareja nos explore a voluntad.
Exploraremos toda la parte superior del cuerpo. El reto es transmitir
mediante el lenguaje del tacto, mensajes que inspiren confianza en
nuestra pareja de juego, y que puedan ser lo suficientemente
sugerentes como para despertar el deseo mutuo de un abrazo final.
Para
este juego se puede estar totalmente desnudo, en ropa interior o
desnud@ de cintura para arriba. Se forman aleatoriamente parejas "ella/él" y se colocan de pie enfrentados y con los ojos vendados. SI la música es especialmente íntima y sugerente, mucho mejor. Durante unos
minutos los dos miembros de la pareja se explorarán el uno al otro
con las manos, intentando expresar sensaciones que “derriben”, si
es que existe, la muralla de miedos, inseguridades, prejuicios,
bloqueos…
Es
importante tener “algo que contar”, y hacerlo de una manera
sincera, delicada, como pidiendo permiso y analizando el lenguaje que
utiliza nuestra pareja. Actuar con naturalidad, creatividad, mucho
tacto y también la justa dosis de sentido del humor. Cuando estas
circunstancias se dan en las dos personas que componen la pareja, a veces puede ocurrir que acaben fundiéndose en un abrazo.
Hemos
comprobado que este juego puede “descolocar” a personas que no
suelen implicarse emocionalmente en sus relaciones cotidianas. La
imposibilidad de recibir estímulos visuales y de tener que “ver”
solo con las manos les hace adoptar al principio una actitud
defensiva, y se mueven de una manera mecánica y automática, carente
de imaginación. Esta actitud puede cambiar después de algunas
sesiones, especialmente si ya se conoce a las personas que
participan en ellas.
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