Desnudo (Tamara de Lempicka)
En nuestros talleres compartimos los
espacios, compartimos los juegos y nos compartimos a nosotros mismos.
Todos nos relacionamos con todos, las parejas se constituyen
aleatoriamente y rotamos constantemente. No hacemos discriminaciones,
todos tenemos algo interesante y positivo que ofrecer,
independientemente de las características físicas de cada uno.
Cuando nos vendamos los ojos nos puede sorprender la sensación de
calidez y cercanía que nos proporciona una persona a la que nunca
hubiéramos elegido como compañero o compañera de juego por no
considerarla suficientemente atractiva.
Durante los juegos y ejercicios
eróticos tenemos que asumir que nuestra pareja está recibiendo
placer sensual de otra persona, y que la situación puede tener una
fuerte carga erótica. Todos estamos en la misma situación, con
otra persona que no es nuestra pareja, intentando comunicarle placer
y ternura. Si nuestra actitud es de generosidad y no estamos
demasiado pendientes de lo que nuestra pareja está haciendo, nuestra
única preocupación será disfrutar el momento que estamos viviendo.
Esa situación se repetirá instantes después en otro juego, pero ya
no estaremos con la misma persona. No hay exclusividad, no hay
favoritismos. Es un juego al que jugamos todos en igualdad de
condiciones, en una sala común en la que las velas nos proporcionan
algo de luz, y la música nos ayuda y nos sugiere…
Luego, al acabar el juego, nos vamos a
nuestras casas y es allí donde notamos que el ambiente está cargado
de erotismo. Quizá al día siguiente al despertar hablamos de lo
que nos ocurrió con aquella persona que nos acarició de aquella
manera tan sensual y provocativa, confesamos el deseo que sentimos
cuando se nos insinuaron de aquella manera tan descarada, admitimos
que dejamos que nos besaran con apasionamiento, reconocemos que
nuestra pareja ocasional nos permitió explorar ciertos rincones de
su anatomía,…compartimos esas vivencias con nuestra pareja, sin
temor a que nos lo reproche, y esa complicidad provoca un tsunami
erótico cuya intensidad puede durar algunos días. Esa energía
sensual, ese deseo, nos permite volver a vivir unos encuentros amorosos de una
gran calidad.