lunes, 28 de julio de 2014

AVISO A NAVEGANTES


Nos gustaría lanzar un aviso a navegantes, puesto que hay un comportamiento que se ha dado a veces en los encuentros de sensualidad y resulta desagradable. Nos referimos al caso de aquellos hombres que cuando acuden con sus parejas a un encuentro de tipo erótico (con mayores o menores connotaciones sexuales), no les dicen a ellas “a donde las llevan”, porque saben de sobra que ellas no aceptarían participar en una actividad en la que la desnudez es evidente y el contacto físico muy estrecho. Les ocultan datos importantes y camuflan la realidad interesadamente, esperando que cuando se vean inmersas en la actividad, ellas “entren por el aro”.


Pues no, ellas no “entran por el aro” de esa manera, y hacen bien, porque no se trata de entrar por ningún aro.

Hemos comprobado que para aquellas parejas que no tienen una relación sana, acudir a un encuentro de estas características es exponerse a una especie de radiografía en la que se muestran sin ninguna duda las partes “enfermas” de la relación: las desconfianzas, los celos, los egoísmos, los rencores, las inseguridades….. Ello no es malo, sino todo lo contrario. Después de vivir un episodio de éstas características se ven obligados a enfrentarse a ello. Y si todavía están en la fase en la que son capaces de hablar, pueden encontrar un punto de partida para que la cosa cambie a mejor. Si la relación de pareja está ya muy “quemada” también puede ser un detonante que contribuya a provocar algún tipo de ruptura.

Hace algunas semanas fui a visitar a una psicóloga que hace unos años nos sirvió de gran ayuda a Mª Jesús y a mí en una época en la que nuestro desencuentro era preocupante. Cuando me vio se asustó, porque la primera idea que le vino a la cabeza fue que venía a pedirle socorro de nuevo. Cuando le expliqué que no se trataba de eso, sino que mi visita era porque había tenido que hacer una gestión en el mismo edificio en el que ella trabajaba (Diputación de Valladolid) se mostró aliviada. Se alegró cuando le conté que estábamos en un momento dulce como pareja. Evidentemente ella contribuyó en su día a ello. Le hablé de nuestro proyecto de sensualidad y erotismo y la idea le gustó. Incluso llegó a decir que lo consideraría como una opción para recomendar. No hemos vuelto a hablar, pero evidentemente su comentario me ilusionó, aunque comprendo que lo de recomendar nuestro proyecto desde su posición de terapeuta oficial es un tema delicado. Nosotros no tenemos formación reconocida como psicólogos ni como sexólogos (realmente no trabajamos con “sexo”), pero creemos que nuestros encuentros ayudan a las personas en alguna medida. Digamos que somos una especie de asociación de “amigos del erotismo” que organiza actividades un poco “especiales” que pueden ser de utilidad para algunas parejas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario