Hemos tardado en “arrancar” de nuevo. No viene mal parar un poco y ver las cosas con
perspectiva. Incluso conocer otras opciones. Anima saber que hay otras personas
que se atreven a llevar a cabo iniciativas para “despenalizar” el cuerpo. Por
ejemplo, en enero y febrero he vuelto a participar en los talleres
“itinerantes” de ternura de Aingeru Mayor, y he tenido conocimiento de los
talleres de sexualidad de Rebeca Juárez (Madrid) Desde este blog estaríamos
encantados de colaborar en la difusión de otras iniciativas similares, para lo
cual os pedimos que nos enviéis algún
enlace si sabéis de alguna. Todo sea por contribuir a la revolución social más sólida que puede haber, que es la
que empieza por romper las propias cadenas.
En nuestro encuentro del domingo
1 de marzo retomamos nuestra actividad, y lo hicimos con ganas. Como siempre,
al comenzar nuestra sesión, volvimos a recordar
que con nuestros encuentros queremos averiguar cuál es nuestra
relación con nuestro cuerpo erótico, y
saber si es mejorable. Tratamos de enfocarlo como un tema científico y nos
ponemos nuestro traje de “científicos de lo erótico”, confeccionado con piel
humana cien por cien, y dejamos colgados fuera del laboratorio, en la percha,
otros trajes confeccionados a base de prejuicios, condicionamientos,
culpabilidades, juicios, miedos, sospechas,…Es cierto que a veces alguien no se
ha desprendido del todo de este tipo de prendas, y entonces, en la sala de
experimentos, se produce una reacción química imprevista. Generalmente se
soluciona con un poco de cabeza fría, aunque otras veces es necesario tiempo y
trabajo personal.
Tratamos de no avergonzarnos por
tener una erección, …o por no tenerla, por excitarnos mucho,…o por no
excitarnos nada, por desear,… o por no desear. La palabra es “libertad”.
Libertad para ejercer nuestro derecho
al propio placer, administrándolo siempre según nuestro deseo. También
intentamos despenalizar los gestos eróticos que “suenan sospechosos”. Con la
misma ternura, emoción, y entrega con la que aceptamos un encendido beso
en la mano, en la frente o en los
labios, intentamos ser capaces de
aceptar un beso en los genitales. Que quede bien claro que digo intentamos. Ese es parte del trabajo en nuestro laboratorio.
Nos animaría mucho recibir
opiniones respecto a éste tema. Los
comentarios siempre son bien recibidos (desde el respeto, por supuesto).
Besos
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