miércoles, 4 de marzo de 2015

NUESTRO PRIMER ENCUENTRO DE 2015






Hemos tardado  en “arrancar” de nuevo. No viene mal  parar un poco y ver las cosas con perspectiva. Incluso conocer otras opciones. Anima saber que hay otras personas que se atreven a llevar a cabo iniciativas para “despenalizar” el cuerpo. Por ejemplo, en enero y febrero he vuelto a participar en los talleres “itinerantes” de ternura de Aingeru Mayor, y he tenido conocimiento de los talleres de sexualidad de Rebeca Juárez (Madrid) Desde este blog estaríamos encantados de colaborar en la difusión de otras iniciativas similares, para lo cual os pedimos que nos enviéis  algún enlace si sabéis de alguna. Todo sea por contribuir a la revolución  social más sólida que puede haber, que es la que empieza por romper las propias  cadenas.

En nuestro encuentro del domingo 1 de marzo retomamos nuestra actividad, y lo hicimos con ganas. Como siempre, al comenzar nuestra sesión, volvimos a recordar  que con nuestros encuentros queremos averiguar cuál es nuestra relación  con nuestro cuerpo erótico, y saber si es mejorable. Tratamos de enfocarlo como un tema científico y nos ponemos nuestro traje de “científicos de lo erótico”, confeccionado con piel humana cien por cien, y dejamos colgados fuera del laboratorio, en la percha, otros trajes confeccionados a base de prejuicios, condicionamientos, culpabilidades, juicios, miedos, sospechas,…Es cierto que a veces alguien no se ha desprendido del todo de este tipo de prendas, y entonces, en la sala de experimentos, se produce una reacción química imprevista. Generalmente se soluciona con un poco de cabeza fría, aunque otras veces es necesario tiempo y trabajo personal.

Tratamos de no avergonzarnos por tener una erección, …o por no tenerla, por excitarnos mucho,…o por no excitarnos nada, por desear,… o por no desear. La palabra es “libertad”. Libertad para ejercer nuestro derecho al propio placer, administrándolo siempre según nuestro deseo. También intentamos despenalizar los gestos eróticos que “suenan sospechosos”. Con la misma ternura, emoción,   y entrega  con la que aceptamos un encendido beso en  la mano, en la frente o en los labios, intentamos  ser capaces de aceptar un beso en los genitales. Que quede bien claro que digo intentamos.  Ese es parte del  trabajo en nuestro laboratorio.

Nos animaría mucho recibir opiniones respecto  a éste tema. Los comentarios siempre son bien recibidos (desde el respeto, por supuesto).

Besos





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