Si eres capaz de abandonarte y
entregarte al placer sin límites, subirás al cielo con este juego.
Pero según sea tu capacidad de abandono, puedes quedarte en el
purgatorio, (hay quien llega a sentirse agobiad@, pero no es lo
normal ).
En este juego es imprescindible estar
completamente desnudo.
Las chicas forman un círculo y los
chicos otro. Todos tienen los ojos vendados y un frasquito de aceite
de masaje en la mano. Se trata de que todos los chicos,
alternándose uno por uno, se sitúen en el centro del círculo de
las chicas para ser totalmente embadurnados por ellas con aceite de
masaje. Las chicas harán lo mismo, pasarán de una en una por el
círculo de los chicos. Cada persona que pase por el centro del
círculo informará si desea que alguna parte de su cuerpo (genitales, pezones) no sea tocada. Un montón de manos traviesas
recorrerán su cuerpo de arriba abajo, embadurnándolo hasta el
último rincón.
Este juego es uno de los preferidos y
lo hacemos siempre. Ellos nunca ponen límites, y ellas lo hacen a
veces, sobretodo en la zona de los genitales. Lo hacen especialmente
ante el temor de que algún hombre confunda “acariciar” con
“manipular” de una manera poco delicada e insistente. Ellas
aprenden a decir “no” cuando lo sienten así, y ellos aprenden
“modales”, siempre en un clima de cordialidad y sin vivirlo como
una agresión, sino como un malentendido sin mayores consecuencias.
En una ocasión una mujer se levantó
la venda levemente para poder ver lo que ocurría cuando las otras
chicas estaban “engrasando” a su pareja. Luego le reprochó que
se hubiera dejado acariciar el pene. Para evitar esas actitudes poco
sanas, nunca coinciden los dos miembros de la pareja en el mismo
círculo.
En una segunda versión, para un nivel algo "mas avanzado", el círculo lo
forman personas de ambos sexos. Viene bien para que, sobre todo
ellos, instalen un nuevo “software” sobre relaciones “hombresconhombres”.