domingo, 17 de noviembre de 2013

MIEDO AL CUERPO





DESCUBRIENDO LOS LÍMITES QUE NOS AUTO-IMPONEMOS
Hay una gran cantidad de blogs que tratan sobre temas eróticos. Algunos de ellos son de una gran calidad por su contenido en imágenes, textos y diseño. Muchos de ellos son blogs creados por mujeres, mujeres que no tienen pelos en la lengua, que no se “cortan” a la hora de publicar sus relatos, fantasías, vivencias y opiniones. Hablan bien alto y claro. ¡Chapeau por ellas! Están en la vanguardia del erotismo en la red.
En el mundo real de nuestro Laboratorio Experimental de Erotismo, el de las experiencias en vivo y en directo, ellas están sin embargo desaparecidas. Cuando digo “ellas”, me refiero a aquellas mujeres que no se atreven a curiosear, a tomar parte en una aventura sensual, que no necesariamente sexual, de las que proponemos desde aquí. El funcionamiento de ésta iniciativa es posible, de momento, gracias a la curiosidad de las parejas que acuden a los encuentros, siendo excepcional el caso de chicas solas que se atreven a interesarse por lo que aquí se cuece.
No es ese el caso de “ellos”. La lista de espera es larga. Los desemparejados con curiosidad son muchos, las desemparejadas que se atrevan a escribirnos un mail solicitando información, son una rara avis, lo cual no significa, estoy seguro, que no existan. Y no se trata solamente de personas sin pareja. Estamos rodeados de parejas con una vida erótica triste e inexistente, rutinaria en el mejor de los casos. Parejas en las que alguno de sus miembros siente la necesidad de vivir unas experiencias a las que tiene pleno derecho, y que le son negadas por unas u otras circunstancias. Me baso en los comentarios que, medio en broma medio en serio, se escuchan entre los/as practicantes de ese deporte nacional que es la “barra fija”, o sea, en esas “clínicas de terapia psicológica” que son los bares, y en aquellos acontecimientos sociales en los que tomamos copas.
El recelo de ellas, su “miedo”, precaución, o lo que sea, está plenamente justificado. Hasta ahora no les faltan motivos para sospechar que detrás de iniciativas promovidas por internet que huelan a “erotismo”, “desnudez”, “masajes”, etc, se pueda esconder algún tipo de conducta agresiva, soez, o cuando menos, poco respetuosa hacia ellas. No va a ser fácil conseguir que esa desconfianza y esa tensión se relajen, pero hay que intentarlo.
El placer de tocarse, de escucharse, de verse, de olerse, y si llega el caso, de saborearse, se puede desvincular totalmente del hecho de que sea en el contexto de la pareja. La pareja existe, y seguirá existiendo siempre, pero quizá no venga mal un poco de desmitificación. Mucha gente se sorprendería al comprobar cómo unos juegos eróticos divertidos, unos ejercicios de sensualidad y una sesión de masaje en la que la desnudez nos hace a todos iguales, es capaz de diluir los celos, crear complicidad, favorecer la afectividad de los miembros del grupo y hacer que los lazos de las parejas salgan reforzados.
Pero está el miedo…

MIEDO A…..
  1. Miedo a que no me respeten. Nosotros utilizamos unos códigos para saber dónde pone cada uno/a sus límites, y hasta ahora ha funcionado.
  2. Miedo a que crean que soy “un poco ligera” (es la expresión más suave que se me ocurre). Intenta definir lo que significa “ser ligera” y comprobarás que es un concepto injusto y trasnochado. Todos somos “un poco ligeros” (incluso “bastante ligeros”). Nos gustan los placeres. El placer erótico es un derecho del que no hay que avergonzarse.
  3. Miedo a que alguien sepa que he estado “allí”. Yo he optado en casos como éste por preguntarme si quiero que mi vida sea mía o de los demás. El miedo al qué dirán es unos de los miedos que más desgraciado me han hecho a lo largo de mi vida. De todas formas, nosotros no vamos a delatarte.
  4. Miedo a que me guste y …. Siempre da vértigo conocer al “libertino o libertina” que llevamos dentro. En casos como éste yo he optado por aceptar a mi nuevo “yo”, y me va mejor.
  5. Miedo a tener que cambiar unos principios “morales” que son sagrados. Yo dejé de ir a la iglesia cuando empecé a hacerme algunas preguntas, y me he liberado de muchos otros “principios sagrados” haciendo y haciéndome preguntas.
  6. Miedo a proponérselo a mi pareja por lo que pueda pensar de mí. Siempre hay un momento adecuado para sacar el tema, para hacer una insinuación, para hacer un tanteo. Quizá te sorprenda, para bien, la reacción de tu pareja.
  7. Miedo a sentir que soy infiel a mi pareja. La infidelidad es un concepto que está en la cabeza de cada uno. Nuestras actividades no están pensadas para incitar a la infidelidad. Son una manera diferente de relacionarse, es un juego que termina cuando todos nos vamos a casa.
Muchos de nuestros miedos no son más que humo. Atreviéndose a hacer un poco de corriente abriendo un poco las ventanas, desaparecen sin más.


sábado, 9 de noviembre de 2013

NUESTRO ÚLTIMO ENCUENTRO EN PALENCIA

Ayer tuvimos nuestro 5º encuentro de sensualidad en Palencia. Hubo alguna ausencia por culpa de una inoportuna caída en bicicleta, pero la providencia nos sorprendió con la aparición de una dulce mujer palentina, a quién rápidamente encontramos pareja.
Algunos venían por primera vez, otros éramos los habituales.
Comenzamos bailando esta sugestiva canción que interpreta Jamie Culum, y luego todo fue dejarse llevar....
No deja de sorprenderme la naturalidad con la que en unos instantes nos desprendemos de nuestras carcasas y dejamos la piel al descubierto, para luego regalarnos sentidos abrazos y tiernas caricias. Con la complicidad de la música y la penumbra, el tiempo se detiene en nuestro refugio mágico. Las velas y el incienso se queman, mientras las manos ven y escuchan, piden permiso y se aventuran por universos temblorosos, que unas veces nos reciben emocionados y otras callan. La generosidad más desnuda nos rodea. Un grito de gratitud se quiere escapar de mi garganta, pero me reprimo.….

                                       …Aún queda camino por recorrer.